jueves, junio 11, 2015

Viaje a Japón (2º Día)

Entre una cosa y otra habían sido más de veinticuatro horas de viaje en las que como os podeís imaginar no había podido dormir mucho, pero como suele ser normal en estos casos, la emoción de llegar a un país nuevo hace que uno tenga más energias y que casi no sienta cansancio, así que tocaba aprovechar el dia.
 

Sara amablemente me recogió en la estación y me acercó a su casa, lo primero que tocaba era pegarse una ducha para despejarse.
        

Y luego, como punto de partida para ir integrandome en la cultura japonesa, me presentaron a unos vecinos con los que tuve una conversación entretenida sobre todo tipo de temas, todo ello gracias a la ayuda de Kinji que es quien me hacía de traductor, ya que mi inglés es bastante malo, y el de estos vecinos, practicamente nulo.


Entre una cosa y otra, se nos habia pasado la mañana, así que tocaba comer (13:30), algo que durante todos estos días iba a ser una experiencia emocionante, ya que si en una cosa somos diferentes, es sobre todo, en el estilo de las comidas. El sitio elegido fue este de la foto, una cadena japonesa de Sushi que realmente me sorprendió.


Sin ninguna duda, comenzar mi viaje con una primera comida así era la mejor manera de comprobar que el tema de la gastronomia iba a ser uno de los platos fuertes de este viaje. Podría poner un montón de fotos de todo tipo de comidas, desde Erizo a Anguila, pasando por gambas y alguna otra cosa que no llegué a conocer, pero tampoco es plan de aburriros. Eso sí, como veís en la foto, fue mi primera toma de contacto con una herramienta que no soltaría en dos semanas, los palillos.
       

Una vez habiamos llenado los estomagos, tocaba escapadita a uno de los pocos puntos turisticos que tiene la ciudad de Gifu, el Castillo Gifu, antes conocido como Castillo Inabayama, que se encuentra situado en lo alto de uno de los montes que rodea la ciudad.


Se trata de uno de los iconos de la ciudad construido originalmente por el clan Nikaidō entre 1201 y 1204, durante el periodo Kamakura, aunque desgraciadamente fue destruido en los bombardeos de 1945 y reconstruido posteriormente.


Se puede subir andando, o como hicimos nosotros, en funicular, mucho más rápido y comodo, para desde arriba disfrutar de unas extraordinarias vistas de la ciudad de Gifu e incluso de las ciudades de alrededor.


Durante un rato paseamos por el parque y disfrutamos de las vistas, para terminar bajando de nuevo en funicular al lugar donde habiamos dejado el coche. Tocaba volver  a casa, no es que hubiesemos hecho gran cosa durante el dia, pero se estaba haciendo tarde, casi las 18:00, y a lo tonto yo llevaba más de treinta y seis horas sin dormir, así que no era mala idea descansar un rato en el sofá.


Cenamos en casita, lo que me sirvió a mí para degustar un par de cervecitas japonesas que Kinji compró en el camino, y enseguida a dormir, que había que recuperar fuerzas.

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